Muchos son los beneficios que se atribuyen a la práctica de este tipo de danza, tanto en el plano físico como en el mental. Quizá el hecho más destacable es que mediante la danza, es posible lograr una íntima conexión entre el cuerpo y la mente, una situación de perfecto equilibrio que tantas técnicas -como la meditación o el yoga- persiguen.
No es el único caso que se nos presenta la danza como medio de realización espiritual: podemos destacar el ejemplo del sufismo, movimiento místico surgido en el s. X, que, como reacción al carácter materialista que el Islam comenzaba a adquirir, inició una purificación de la religión, exaltando su esencia.
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